Que Ousmane Dembélé es un mago no lo pone en duda nadie. Del suspense y del balón. Aparece donde menos te lo esperas, hace lo imposible, falla lo increíble y está casado con lo inverosímil. Cuando parecía que se marcharía del Barça, previo paso por la grada al no querer renovar, siguió una campaña más. Y cuando Xavi estaba convencido de su continuidad tras mimarlo en privado y en público, el extremo le hizo el salto y se marchó al PSG. Fue el pasado verano. Dejó al técnico sin uno de sus favoritos y le llevó, eso sí, a acelerar los plazos del advenimiento de Lamine Yamal. “No diría que soy un modelo a seguir pero siempre he intentado rendir a un alto nivel”, declaró Dembélé al portal de la UEFA. “Será maravilloso jugar contra el Barça y también volver a Barcelona”, añadió.

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