El fenómeno Carolina Marín es tan extraño, deportista de país mediterráneo triunfando en un deporte genéticamente asiático, que en París no solo la animan los españoles desplazados. El público la reconoce y está con ella. Es una estrella mundial del bádminton. Arranca la de Huelva su participación en los Juegos y los espectadores de las gradas del pabellón de Porte de la Chapelle, dividido en tres pistas donde se simultanean tres partidos (estamos en las primeras rondas), se centran en la pista central. Allí está la española, campeona olímpica en Río, estrenándose ante la suiza Jenjira Stadelmann.