Ilusionado. Con ganas de recibir a grandes equipos en su fortín, Montilivi. También de viajar a grandes escenarios europeos. El Girona se lo ha ganado a pulso. Tercero en la Liga el curso pasado, el equipo revelación que dirige Míchel Sánchez, se estrena este año en la máxima competición continental. El bautismo se hará por la puerta grande. Como quien empieza a submergirse y lo hace por primera vez en la Gran Barrera de Coral. “Me pido al Liverpool, al Inter y al Bayern en casa…”, solicitó el técnico. Casi le sale bien.

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