Tan solo son siete partidos en Primera de una rivalidad corta pero creciente. Pero hay victorias, y a su vez derrotas, que dejan huella. Un antes y un después en la historia del otro derbi catalán. Cuatro goles en la primera media hora celebró un Girona recuperado, con el retorno de varios lesionados, que volvió a parecerse al de la temporada pasada. Un bochorno, en cambio, sufrió el Espanyol, sometido sin remedio y perdido. Un golpe de los que hacen daño en el ánimo y en la clasificación, cada vez más anclados los pericos en la zona de descenso.