El partido contra el Alavés era muy importante para el Barça. La imagen de los últimos encuentros obligaba a los azulgranas a lograr una victoria que además fuese convincente. También lo era para Robert Lewandowski, que necesitaba reencontrarse con el gol. Sin embargo, el tanto de Samu Omorodión en el segundo 17 complicó todos esos objetivos y los nervios fueron apareciendo a medida que la remontada no llegaba. Seguramente, producto de este estado de ansiedad, Robert Lewandowski tuvo un gesto muy feo con Lamine Yamal.