La posesión apabullante del balón y la creación de ocasiones no deciden siempre los partidos. Le ocurrió ayer al PSG, que rozó la tragedia en el Parque de los Príncipes, donde iba perdiendo por 0-1 ante el Newcastle hasta que, ya en el descuento, un penalti transformado por Mbappé le devolvió la esperanza para continuar peleando en la Champions. En el llamado grupo de la muerte , los parisinos siguen vivos, pero con máximo sufrimiento.

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