Las selecciones de Escocia e Inglaterra se encontraron en partido oficial por primera vez sobre el verde del estadio Hamilton Crescent de Partick (Escocia) el 30 de noviembre de 1872. El duelo, al que asistieron 4.000 personas, terminó en un soso empate a cero pero pasó a la historia por ser el primer encuentro internacional de fútbol de todos los tiempos.