Tras la fantasía, la épica. Tras las goleadas, la heroicidad. Tras los paseos, la remontada. Una remontada de película. En ocho minutos, los que van del 81 al 89, el Barça levantó un partido que le había mandado a la mesa-camilla. Vencía y convencía un soberbio Celta por 0-2 ante un confundido Barcelona. Pero entonces, en la bombonera de Montjuïc, emergió Lewandowski para marcar con un remate en escorzo tras un servicio de delineante de João Félix. Y ahí se encendió la mecha, apretó un público impresionante y caliente, y el polaco embocó por segunda vez, ahora con asistencia de Cancelo. En medio de la locura el portugués, que jugó en mil y una posiciones, entró en el área con la daga y clavó el tercero después de un pase de Gavi.