En caso de duda, los buenos en el campo. Es una máxima del fútbol que Xavi aplicó a última hora por necesidades de un partido que al Barça se le escapaba a chorros. No la prescribió Rafa Benítez, entrenador veterano, con mil batallas a su espalda. Retiró a Iago Aspas cuando el partido parecía sentenciado y el Celta encadenaba ocasiones de gol en cada contragolpe. De hecho, había marcado dos, sin despeinarse, perdonando la vida al Barça, sumido en un desconcierto monumental. Se fue Aspas en el minuto 77, instantes después del segundo gol de su equipo, se sentó satisfecho del trabajo en el banco, pidió una botella de agua para refrescarse y, cuando la terminó, el Celta había perdido el encuentro.