Desde que en el 2009 el Barça de Guardiola completó el mayor ciclo de títulos posibles, ganando los seis de seis en disputa, ha ocurrido que se ha buscado el antídoto. Desde que aquel Barça convirtió su juego de toque, control y presión, en todo un estilo referencial que todos los técnicos a los que se han enfrentado en estas décadas a los blaugrana, han buscado las fórmulas tácticas para replicarlo, con mayor o menor acierto. Algunos han buscado hacerlo con los mismos argumentos de los blaugrana. Con una presión alta del bloque defensivo, a costa de exponerse a dejar muchos metros a la espalda de su defensa, con todo el riesgo que ello comporta por los espacios concedidos a los delanteros barcelonistas, especialmente en el momento de esplendor de Busquets, Messi, Xavi, Iniesta, Eto’o, Pedro, Villa y compañía, que percutían en profundidad.