No existen las fórmulas mágicas en el fútbol. Se puede ganar la Champions poniendo a Eto’o de lateral derecho, como el Inter de Mourinho en 2010, o sublimando el fútbol de posesión, como el Barça de Guardiola un año más tarde. Pocos modelos existen más alejados. Tampoco el camino hacia el gol ofrece una única solución. Sirva como ejemplo el que se vivirá este domingo en Oslo, donde la bestia Haaland medirá sus fuerzas ante Morata, un goleador alejado de los tópicos, en duelo más decisivo para Noruega que para España.

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