En esto que ahora se llama clásico marcaron dos debutantes. Uno, Gündogan, de 33 años, camino de su declive futbolístico, pero extraordinariamente valioso para el Barça de estos días. El otro, Bellingham, 20 años, en el comienzo de una trayectoria que se promete sensacional. Marcó los goles de la victoria en una mediocre actuación del Real Madrid. Estamos ante un jugador que gana partidos, desde dónde y cómo sea. Un martillo pilón.