El fútbol ha perdido a un elegante. A un crack. A un playboy que bien pudo haber sido estrella de Hollywood. El fútbol ha perdido un ejemplo de cómo se debe jugar al fútbol. Murió Federico Sacchi, a los 87 años, en su Rosario natal. “Yo nunca entro a la cancha pensando en ganar o en perder, yo entró a jugar bien. Y si ganamos, mejor”, dijo alguna vez ese rubio, alto y de ojos claros. Si fuéramos al lenguaje de su época de futbolista, debería decirse que era “un pintón”. Por la estampa. Por el juego. ¿Cómo jugaba Sacchi? Imaginen a Brad Pitt saliendo del fondo, con la pelota bajo la suela y la mirada panorámica.

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