Una segunda parte para tapar la primera mitad penosa. El Barcelona sacó el orgullo y se corrigió a tiempo tras poder ser humillado por el Alavés. La pegada de Lewandowski, contrastado a sus 35 años, no la tiene Samu, de 19. Esa fue la gran diferencia entre los dos equipos, el campeón de la temporada pasada y un recién ascendido. Solo el resultado se salva en el enésimo partido gris del Barcelona, que se ha abonado a los inicios de pena.