Viendo las imágenes de Juan Román Riquelme arrastrado por una marabunta el día de las elecciones a la presidencia del Boca Juniors, el pasado 17 de diciembre, que ganó por una forma aplastante con 30.318 votos, cuesta reconocer al mediapunta que tuvo un breve paso por el Camp Nou la temporada 2002-03. El aire melancólico que le acompañaba no era lo que necesitaba el Barça, que un año después fue sacudido y levantado por la sonrisa de Ronaldinho, aunque el argentino enseñó su rebeldía contra la autoridad cuando le aguantó el pulso a Van Gaal, que lo quería escorar a la izquierda.