Ezequiel Lavezzi, de 38 años, está viviendo en sus propias carnes el infierno por el que muchos futbolistas han pasado después de colgar las botas. No se trata ni de lesiones ni de problemas económicos. La fama o el dinero pasan ahora a un segundo plano para el jugador, retirado de la élite en 2019, que vuelve a estar en el foco mediático. Esta vez por cuestiones nada halagüeñas.

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