Hablar de un retrato robot para dibujar el técnico del Barcelona a partir del próximo 30 de junio es un punto quimérico. Teniendo en cuenta la delicada situación económica del club y la pésima coyuntura deportiva del equipo, pensar en un modelo de entrenador es complejo. A botepronto, en la ensaladilla de nombres habituales, surgen técnicos de distinto pelaje y que se parecen poco entre ellos, más allá de que muchos son entrenadores que están realizando un buen trabajo en sus equipos. 

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