A pesar de que Red Bull arrasó en Bahréin con doblete en la primera carrera del Mundial 2024, de que Max Verstappen sacó 25 segundos al Ferrari de Carlos Sainz y de que la superioridad del búfalo rojo sobre la competencia hace prever un campeonato plácido hacia el cuarto título consecutivo del neerlandés, la escudería de Milton Keynes es un polvorín. Se viene guerra civil en Red Bull.

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