Se tuvo que multiplicar el Palau ante la masiva presencia de aficionados serbios y le devolvió el favor el Barça, firmando una victoria tan magnífica como necesaria para aferrarse a la valiosa segunda plaza de la Euroliga a cinco jornadas de que se dibujen los playoffs. Maravilloso el ambiente y sensacional la solidez que mostró el equipo de Grimau, obligado a ganar el partido varias veces pero que en ningún momento desfalleció.

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