La noche del sábado 16 de marzo un coche partió del norte de Italia. Hacía unas horas que se había acabado toda la ceremonia del podio y las entrevistas de la Milán-Sanremo. En ese automóvil solo viajaba una persona. El conductor era Joseba Elguezabal y entre otras cosas portaba en el equipaje una bicicleta. No una cualquiera. Sino la de Tadej Pogacar. “Conduje hasta el hotel de concentración de Sant Feliu de Guíxols para que todo estuviera preparado para su llegada. Al día siguiente fui a buscarle en el coche al aeropuerto, lo llevé hasta Mataró y allí se subió a la bici para hacer 60 kilómetros. Él es así de especial”, revela el masajista vasco del UAE, ángel de la guarda del campeón. Y tan especial. Una semana después, Pogacar, con esa bicicleta, ha ganado la Volta a Catalunya con la mayor diferencia de los últimos 40 años.

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