Rodri vivió un partido muy especial. Y no porque se tratase de un España-Brasil. Para él era algo más. El domingo falleció su abuelo, Noé Hernández. Estuvo en Salamanca para despedirse de él y este martes pudo honrarle al dedicarle un doblete en el amistoso en el Santiago Bernabéu. “Me ha inculcado muchos valores. He jugado con una paz interior increíble”, relató emocionado tras el partido. 

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