Un nuevo y lamentable ataque racista sacudió ayer la Liga española cuando el futbolista del sevilla Marcos Acuña y su entrenador Quique Sánchez Flores recibieron graves insultos por parte de la afición del Getafe. Sobre el minuto 60 de partido, algunos aficionados de la grada se dirigieron al jugador argentino llamándolo “mono”. Fue el propio futbolista el que advirtió de la situación al colegiado Iglesias Villanueva, que aplicando el protocolo contra el racismo paró el partido unos minutos mientras por megafonía se pidió que cesasen esos cánticos.