El Circuit de Barcelona-Catalunya dejará de ser exclusivamente un recinto de motor, como fue concebido en los años 90. La concesión de la explotación y gestión de la instalación por parte del Govern a Fira de Barcelona durante 20 años significará la diversificación de las actividades del que ha sido llamado templo del motor de Catalunya, con un nuevo modelo de negocio que incluirá, además de las carreras, actividades como ferias, congresos, ocio saludable, conciertos, actos culturales y de la industria de la movilidad sostenible.