El 24 de marzo de 1999, Iñaki Sáez, seleccionador español sub-20, hizo pública la lista de los 18 futbolistas convocados para el Mundial. Apenas faltaban diez días para la inauguración del torneo en un país de fuertes contrastes como Nigeria y apenas había un par de nombres que sonaban, como el de Xavi Hernández, Gabri o Iker Casillas. No tuvo demasiada repercusión. El foco mediático estaba puesto en la lista de la absoluta de José Antonio Camacho para los partidos contra Austria y San Marino de clasificación para la Eurocopa 2000 y también en la odisea de los internacionales yugoslavos para escapar de los bombardeos de la OTAN por la guerra de Kosovo. Hoy, 25 años después, aquella generación sigue siendo la única juvenil española campeona del mundo.

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