Aitana Bonmatí fue de las primeras en pisar el césped de Stamford Bridge para respirar el ambiente. Suele hacerlo cuando tiene por delante un partido trascendente. Saber que el estadio londinense colgó ayer el cartel de entradas agotadas con 40.000 aficionados y solo 350 del Barça, fue pura gasolina para la mejor jugadora del mundo. Sonrió mientras escuchaba canciones de su lista prepartido. Nunca faltan las letras de The Tyets o Coldplay. Se las sabe de memoria. Sacó el teléfono para hacerse una selfie e inmortalizó el momento.