El último baile de Diego Rivas ha sido tan inesperado como llamativo. Retirado el año pasado tras colgar los guantes en el Racing de Ferrol, este exportero de Narón de 37 años ejerce ahora como entrenador de porteros en el Carballiño de Primera Federación. Pero el destino es caprichoso y había guardado para él una última oportunidad para mostrar todo su talento. Y donde mejor que en Riazor, el campo donde cualquier jugador de la categoría quiere dejar su sello.