Esta película merece empezar por el final. A 0,5 segundos para que acabara la prórroga, con 80-80 en el marcador, Jabari Parker intenta el triple decisivo y Petrusev le roza el brazo. El balón ni se acerca al aro pero el trío arbitral decreta falta personal ante el estupor y el enfado de más de 12.000 enfervorizados hinchas griegos en una decisión nunca vista en El Pireo, extremo que no exime de la falta al serbio. El de Illinois anota los dos primeros y falla el tercero para asegurar una victoria monumental de un Barça capaz de creer en los peores momentos del duelo y que se queda a un solo triunfo de la final four, asegurándose también un posible quinto partido al amparo de su público en el Palau.

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