Fue el derbi catalán de la autoestima. Del ego. De la lucha por el fútbol de posesión. Del espectáculo. Pero sobre todo fue el derbi de la pasión de Montilivi. Y de las celebraciones simultáneas. La del Madrid, campeón de Liga gracias al triunfo de los de Míchel contra el Barça y la del Girona, que ya es un equipo de Champions hecho y derecho. Las gradas supletorias de hierro del viejo estadio municipal casi se cayeron con 14.000 voces gritando que el suyo ya es un equipo de Champions. Cinco veces chutó el Girona entre los tres palos. Cuatro entraron. Remontaron ante el Barça en apenas 10 minutos. Nadie sabe dónde jugarán los de Míchel como local en la máxima competición continental. Montilivi se le ha quedado pequeño al gran Girona. Pero nadie olvidará que en este estadio municipal hay un equipo que ha hecho historia. Que ha levantado un relato que ya es leyenda: 17 partidos, 14 victorias, 2 empates, una sola derrota y fue ante el Real Madrid. Que gracias a la victoria de los gerundenses, ante un buen Barça, ya es campeón de Liga. Poco le queda al Barça de Xavi, alejado de su triste objetivo culé. Con el Madrid campeón, el Barça cierra una temporada en blanco. Ni siquiera depende de sí mismo para lograr una segunda plaza que les permitiría ir a Arabia. Esa plaza, a cuatro jornadas del final, de momento también es para el Girona.

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