Seis ligas de las últimas siete. Las cuatro últimas, seguidas, hito jamás conseguido antes en la historia de la Premier League. El Manchester City de Pep Guardiola es un equipo sin igual, de hambre infinita, que este domingo no falló y le dio otro mordisco la leyenda. Tenía el futuro en sus manos y cayó a la lona el West Ham por aplastamiento, celebrado a lo grande el título en un Etihad que ni dejó a sus jugadores festejar. Tuvieron que salir todos a la carrera ante la invasión de campo generalizada que pareció decretar el pitido final del colegiado. De poco le sirvió el triunfo ante el Everton al Arsenal, si acaso para poner el broche a una temporada excelente de los de Arteta, que sólo se han arrodillado ante el campeón.

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