El diablo Ataman vuelve a atormentar al Real Madrid. Se quedó sin duodécima el equipo blanco, coronado con grandeza en Berlín el Panathinaikos como nuevo rey de Europa. Tres finales seguidas han alcanzado los madridistas y sólo han conseguido alzar una vez el trofeo, el año pasado en Kaunas, negados en las otras dos ocasiones por el técnico turco. Primero, con el Efes, y este domingo con un Panathinaikos que ha completado un último tramo de curso absolutamente imponente, desencadenado hacia el séptimo cetro continental de su historia, el primero en trece años. Y mérito hay que darle a Ataman, porque el equipo del trébol campó con mucha pena y ninguna gloria el año pasado por la Euroliga, acabando penúltimo, y este año ha bebido de la gloria de la mano, también hay que resaltarlo, de fichajes como los de Nunn o Lessort, decisivos en el Uber Arena.