De poco le sirvió al Cádiz la victoria por 0-1 en el Sánchez Pizjuán, el pasado 15 de mayo. El equipo gaditano acabó bajando a Segunda División, los tres puntos ante sus vecinos sevillanos no evitó el desastre, pero la sospecha del tongo quedó sembrada: el Rayo Vallecano denunció un supuesto arreglo del encuentro entre los dos equipos andaluces después de que un representante de un jugador hubiese dado la voz de alarma 48 horas antes del partido. Ahora La Liga, a través de su departamento de Integridad, ha abierto una investigación.

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