Mao Ye y Fran Garagarza entraron en el auditorio Juan Segura Palomares con cierta relajación, convencidos que haber logrado el ascenso a Primera les daba una mínima tregua, más relajada la afición y el entorno del Espanyol. Todo lo contrario. El acto para hacer balance de la temporada fue solo el reflejo del hastío con la propiedad y su gestión. “Objetivo cumplido pero no podemos hablar de éxito. Hemos aprobado en la recuperación”, decía en su primera intervención el consejero delegado, asumiendo una mínima, incluso disimulada, parte de autocrítica que fue insuficiente. “Creo que hemos ascendido, quizá me equivoco. Da la sensación como que no lo hemos logrado”, dijo, irónico, el director deportivo.

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