El lunes, a tres puntos del final de su cruce de octavos ante Arthur Fils, Alex de Miñaur (25) sintió un latigazo en la cadera. El australiano voceó e hizo aspavientos, y se le vio cojear cuando disputaba el punto de partido. Acabó imponiéndose, pero el asunto era feo e iba a explotarle en la cara: se había roto un cartílago que une los abductores, así que su aventura en este Wimbledon tocó a su fin.

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