En la zona internacional de la villa olímpica se huele la expectación. Se pueden palpar las esperanzas, las ilusiones, los sueños. Los de la delegación española siempre tienen el listón de superar las 22 medallas de Barcelona’92. Creen que esta vez sí. Que en esta ocasión es factible. España se presenta con un equipo numeroso y ambicioso, el más amplio desde los Juegos de la capital catalana y con opciones en multitud de frentes. En el agua, en el parquet, en la tierra, en el césped, en individual, por equipos, en deportes de masas, en modalidades minoritarias. Luego habrá que ver cuál es la cosecha. Pero las expectativas son halagüeñas.