La montaña de Djokovic fue demasiado alta. Demasiado resistente. Demasiado inaccesible. En una final para el recuerdo en el que ambos jugadores se llevaron al límite Alcaraz no pudo con la resiliencia del serbio, con su tenis infinito, con su eternidad. El murciano no será el tenista más joven de la historia en conquistar el oro olímpico y se tuvo que conformar con la plata. Lo impidió el jugador que más Grand Slams ha ganado, el que no parece tener final, el que a los 37 años es el más mayor en ganar los Juegos desde que estos regresaran al programa olímpico en 1988. Djokovic se impuso por 7-6 (3), 7-6 (2) en 2 horas y 50 minutos.

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