Sergio Camello casi ni se lo podía creer. De pronto era el gran protagonista de los Juegos Olímpicos, versión española. El delantero del Rayo, formado en la cantera del Atlético, estaba en una nube. “Estoy ahogado, emocionado. Queria dar las gracias a todo el equipo. Eran cuatro descartes y en principio yo era uno de ellos. El míster me dijo que yo iba a marcar en la final y así ha sido. Sin ellos, sin el equipo, no me lo hubiese creído para hacerlo realidad”, acertaba a responder a vuelapluma. Añadía: “Somos campeones olímpicos, con el tiempo lo valoraremos de verdad. Somos 22 niños, los más felices del mundo”.

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