Decenas de aficionados de la Roma iniciaron el jueves por la noche la peregrinación hacia Casal Palocco para celebrar lo inimaginable apenas unas horas antes. En ese barrio residencial ubicado en la periferia de la capital italiana reside la estrella romanista Paulo Dybala. Aglutinados delante de la puerta de su casa, los fieles más devotos quisieron agradecer al argentino que, cuando todo parecía perdido, diera un paso atrás y rechazara sumergirse en los petrodólares para vestir la camiseta giallorossa, al menos una temporada más.

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