Lando Norris se disfrazó en Singapur del insaciable tricampeón Max Verstappen, el de antes de Miami, y arrasó como lo hacía el neerlandés en sus mejores días: con una paliza descomunal, casi medio segundo de ventaja sobre su inmediato perseguidor, el líder del campeonato, que acumula ya ocho carreras sin ganar. Desde Montmeló, allá por junio.