El Mundial es un carrera tan loca, tan enigmática y difícil de descifrar que puedes pasar de estar descartada a ser vencedora en un abrir y cerrar de ojos. A 20 kilómetros de la meta de Zurich, parecía que Lotte Kopecky se quedaba sin opciones. No tenía piernas para seguir el ritmo del resto de favoritas, entre ellas, su gran rival, Demi Vollering. Craso error darla por enterrada. La belga se recuperó, volvió, se reenganchó con uñas y dientes en los dos últimos repechos y batió a las cinco aspirantes en el sprint.