Como si hubiera llevado un pasamontañas, el Atlético de Madrid pasó por el estadio de Da Luz sin que nadie advirtiera su presencia. Ni siquiera el Benfica, que pasó por encima suyo como un torbellino y sin piedad, evidenciando de golpe todos los problemas futbolísticos con los que lidia Simeone, que no acaba de encontrar la manera de encajar a sus nuevos peones.