Está muy bien aquello de lo importante es participar, sobre todo cuando es la primera e inesperada vez que disputas la lustrosa Champions. Pero a nadie se le escapa que ganar es una de las mejores sensaciones del fútbol. Esa satisfacción al salir del estadio henchido. Con ganas de repasar las jugadas y empaparte de todos los detalles al día siguiente. Y esa sonrisa que se te dibuja en la cara toda la semana recordando el momento. Pues tras dos jornadas amargas, el Girona y su afición ya saben lo que es saborear una victoria en Europa, la primera en su historia. La víctima fue un desconocido Slovan Bratislava que sucumbió en un Montilivi lleno con los goles de Miguel y Juanpe.