La Real planteó una presión individual con un 2-5-3 que dificultó las cosas al Barça. Una presión que los azulgrana superaron mejor en el tramo inicial que pasados los veinte minutos. Y la explicación no estuvo en los donostiarras sino en el Barça. Y es que los azulgrana se vieron obligados a salir muchas veces en largo (26 en 45 minutos) pero al principio lo hicieron mejor. Porque antes de desplazar la primera línea rodó el balón para ver si aparecía el hombre libre mientras que, más tarde, ya optó por hacerlo con los centrales o Iñaki Peña. Y eso no es un detalle menor. Y es que cuando mueves al rival antes de desplazar, le descuadras.