Tiene una vía de agua el Barça y no hay quien se arremangue para intentar detenerla. Repite su entrenador que en el baloncesto moderno es imposible encajar pocos puntos, pero sin una buena defensa parece imposible ganar nada hoy en día. Y, de momento, en el equipo azulgrana brilla por su ausencia, acostumbrado a recibir demasiados puntos como para pensar en grandes gestas. A veces, con su talento le alcanza para disimular esa carencia. No fue el caso de Múnich, donde el Barça, en una actuación que rozó lo infame, fue arrasado por un huracán llamado Andreas Obst.

Seguir leyendo…