La centrifugadora de Balaídos, uno de los estadios donde el Barça suele sufrir más cortocircuitos, llegó al final. Lo hizo para desesperación de Hansi Flick. El técnico barcelonista se desgañitó en la banda intentando que sus futbolistas mantuvieran el orden tras ser expulsado Marc Casadó. Pero no lo consiguió ni antes ni después y en un santiamén el Barça dejó escapar el triunfo. Segunda jornada sin sumar los tres puntos coincidiendo con la ausencia de Lamine Yamal y con un bajón en la fiabilidad de sus hombres tras un inicio de campeonato supersónico. La cara, más crispada de lo habitual en el técnico, era un mapa de cómo había ido el encuentro, el primer empate de la temporada.