Había recuperado el ánimo el Real Madrid. Tenía argumentos para la esperanza, de nuevo muy cerca en la batalla por la Liga. Había negociado las ausencias por lesión con tres triunfos solventes en la Liga. El equipo tenía un camino a seguir, con la lucha y el compromiso colectivo como leitmotiv en el vestuario de Ancelotti. Todo empezaba a encajar. Hasta que en la 19.ª jornada adelantada y en San Mamés, uno de los campos más difíciles y con un ambiente insuperable, volvieron los fantasmas. El Athletic derrumbó a base de intensidad el castillo de naipes de un equipo madridista sometido, con otra noche aciaga de Mbappé, que falló otro penalti, y cayó con los goles de Berenguer y Guruzeta. Una derrota que rompe una racha de 21 partidos sin perder fuera de casa, a dos del récord del Barça en el 2011.
San Mamés devora al Madrid
