No puedo evitar hablar, aunque ya se hayan escrito muchas líneas, del misterio, o quizás no tanto, del caso Mbappé. ¿Cómo puede ser que el jugador del mundo seguramente más valorado hace dos años, no solo pase sin pena ni gloria por el Madrid sino que incluso sea el responsable de pérdidas de puntos y de partidos? Pues así es la vida y hasta el más guapo tiene que, a través de la reflexión, reconducir su situación y no convertirse en el problema cuando debía ser la solución.

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