Muy buenas intenciones, un plan trabajado, toda la entrega del mundo, gran inteligencia estratégica, pero al Espanyol le faltó lo más importante, el gol. Solo dos disparos a portería en todo el partido fueron el bagaje, muy pobre, de un equipo que está en descenso, que seguirá ahí una semana más y que necesita ganar en casa para salir del túnel oscuro que atraviesa. El empate, sin embargo, no es un mal resultado, siempre y cuando frente al Valencia, el miércoles próximo, se logren los tres puntos.