Con los actuales números del Espanyol en la mano (15 puntos en 18 partidos), en cualquier otro momento de su historia el entrenador habría sido despedido. Pero no en éste. La realidad de la entidad perica obliga a un análisis más profundo y sosegado, alejado del resultadismo habitual, y ello juega a favor, al menos de momento, de la continuidad de Manolo González.