Con el marcador en contra y cuando podían aparecer dudas, irrumpió la figura de Lamine Yamal para cambiar el partido con un gol antológico completando una magnífica maniobra de Lewandowski acudiendo al apoyo, girando y asistiendo. La clave del gol está en el último toque que la joven perla hace antes de disparar con la que acaba de vencer a un Mendy ya al límite. Su partido acabó con la expulsión de Szczesny, pero es tan diferencial, que con tan solo dos tercios de partido fue el mejor. Acabó con 42 intervenciones, 21 de 23 en pases, cinco de seis en regates, un gol y una preasistencia. Ahora mismo se trata del mejor del mundo.

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