Pocos estadios mejores donde sucumbir que en San Siro, un templo, un monumento, casi un lugar sagrado de mitos del fútbol y momentos para el recuerdo. Una muerte deportiva solemne avistada a lo lejos por el majestuoso Duomo. En la ciudad de La última cena de Leonardo da Vinci, el Girona agotó sus postreras opciones de clasificación para la siguiente fase. En el epicentro de la moda, el equipo de Míchel confirmó que el traje de la Champions le ha venido grande esta temporada, pero no lo pareció ante el Milan.

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